Una mujer en mi vida. Mi madre
Hace poco asistí a un conversatorio virtual en que Adriana Guzmán, feminista comunitaria boliviana, era la invitada principal. Adriana sugería que la construcción del pensamiento siempre atraviesa lo vivido y cómo esto afecta a los cuerpos. Al referirse a la memoria feminista, Adriana demandaba la necesidad de construir referentes que alimenten las memorias colectivas con cuerpos cercanos. Las luchas y las opresiones se viven en nuestras propias casas, quizá sea la frase que aún resuena tras varios días de haberla escuchado.
Judy, es el nombre corto de mi madre, hace gala de su estatura. Se alía con su cuerpecito regordete y el color rojizo de su cabello que salpica su rostro. Mi mami Judy o mamita como la nombra mi hermana es la mujer más generosa que he conocido. Siempre está dispuesta a apoyar las causas que considera justas, y cuando se le escapa de sus manos sabe crear redes de familias ampliadas. Siempre encuentra alguna solución, con gestos y palabras que te hacen sentir que en ese momento eres la persona más importante del mundo. A veces el mundo pasa sobre ella, cae, entristece... Recuerda sus causas, se levanta, sigue y logra conducirlo... así una y otra vez... Mi mami es la resistencia que pervive en el tiempo.
Durante muchos años, su familia fue el centro de su vida, todo orbitaba en torno a nosotros. Hasta que crecimos, y al independizarnos mi mamá decidió reconstruir sus redes de amigas y volver a tener una familia, mucho más diversa que la que éramos nosotros. Descubrió la redes sociales y en medio de la pandemia el zoom, ahora es una cuidadora virtual con memes y videos que atraviesan las pantallas. Resignificó el amor a las plantas de su madre, la tita Judy, y ha creado un huertito en la terraza con lechugas, tomates, cebollas, zanahorias y rábanos.
Cuando era pequeña y llovía, mi madre nos vestía con chubasqueros y salíamos a las calles para ver qué tan lejos navegaban los barquitos de papel... era nuestra actividad favorita... Ahora cuando percibe un aluvión, mi madre sube a la azotea con un chubasquero para cubrir a sus retoños para que la lluvia no les despeine.
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